El Reglamento sobre los mercados de criptoactivos (MiCA) abarca la emisión y prestación de servicios relacionados con criptoactivos y monedas estables dentro de la Unión Europea (UE). Reconocida como la legislación inaugural del mundo de su tipo, MiCA prepara el escenario para que otras jurisdicciones sigan su ejemplo. Su aplicación está prevista entre mediados de 2024 y principios de 2025.
Presentación de la regulación de los mercados de criptoactivos (MiCA)
La importancia del Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la UE no puede subestimarse. Este marco regulatorio pionero, aprobado por el Parlamento Europeo el 20 de abril de 2023, rige la emisión de criptoactivos y los servicios asociados. MiCA garantiza la protección de los consumidores e inversores, fomenta la estabilidad financiera y promueve la innovación. Como la primera legislación de este tipo en todo el mundo, MiCA posiciona a Europa como un centro atractivo dentro del mercado criptográfico.
María José Escribano, miembro del equipo de Regulación Digital de BBVA, destaca el carácter rompedor de MiCA y su impacto en los mercados globales de criptoactivos. Ella subraya la necesidad de esfuerzos regulatorios similares en otras jurisdicciones, enfatizando la importancia de establecer un ecosistema seguro, robusto e imperativo para estos mercados.
Explorando el alcance de MiCA
MiCA define un criptoactivo como una representación digital de valor o derechos que pueden transferirse y almacenarse electrónicamente utilizando tecnología de contabilidad distribuida o medios similares. La regulación distingue entre ‘criptomonedas’ y ‘tokens’. Los emisores de criptoactivos están obligados a proporcionar información completa y transparente sobre los activos que emiten, respetando las normas de divulgación y transparencia. Del mismo modo, los proveedores de servicios de criptoactivos deben registrarse, implementar medidas de seguridad y cumplir con las regulaciones contra el lavado de dinero.
La clasificación de los criptoactivos
MiCA establece un marco regulatorio para los activos digitales que emplean tecnología de contabilidad descentralizada (DLT). Los principales activos criptográficos cubiertos por MiCA son los siguientes:
• Tokens referenciados a activos (ART):
Referenciados a activos Estos criptoactivos tienen como objetivo mantener un valor estable haciendo referencia a varias monedas fiduciarias, materias primas u otros activos criptográficos. Se diferencian de los “tokens de dinero electrónico” que mantienen un valor estable al hacer referencia a una sola moneda fiduciaria. Por ejemplo, Digix (DGX) es un ejemplo de un ART respaldado por una cantidad equivalente de oro físico almacenado de forma segura. (ART):
• Tokens de dinero electrónico (EMT):
Los EMT mantienen un valor estable haciendo referencia a una sola moneda fiduciaria. A diferencia de los ART, los EMT están respaldados por una moneda única, alineándolos más estrechamente con el concepto de dinero electrónico.
• Criptoactivos no clasificados como ART o EMT:
Esta categoría abarca los “tokens de utilidad” diseñados para proporcionar acceso digital a bienes o servicios disponibles en la tecnología de contabilidad distribuida. Estos tokens son aceptados exclusivamente por el emisor y no se consideran instrumentos financieros bajo las leyes de valores de numerosos países.
Criptoactivos más allá de MiCA
En el panorama en constante evolución de los criptoactivos, existen reinos que no han sido tocados por la comprensión regulatoria de MiCA (Mercados de Criptoactivos). Uno de esos dominios es la industria DeFi (Finanzas Descentralizadas), un paradigma innovador que desafía el status quo de los intermediarios centralizados tradicionales. DeFi aprovecha el poder de los protocolos automatizados, redefiniendo la forma en que se prestan los servicios financieros.
María José Escribano, experta en la materia, arroja luz sobre las limitaciones de MiCA. “MiCA, aunque encomiable en su intención, no abarca varios componentes del mundo de los activos digitales”, explica. “DeFi se erige como un buen ejemplo, junto con tokens no fungibles, tokens de seguridad e incluso finanzas de activos criptográficos. Estas entidades poseen sus marcos regulatorios distintivos, como en el caso de los tokens de seguridad, o exhiben características únicas que exigen un análisis en profundidad para la formulación de un marco regulatorio apropiado que aborde adecuadamente los riesgos asociados”.
Los tokens no fungibles (NFT), en particular, emergen como una fuerza cautivadora dentro del ámbito criptográfico. Cada NFT representa un token irreplicable e indivisible, que encapsula la esencia del arte digital, videos, tweets o cualquier otro artefacto distinto. A diferencia de las criptomonedas que cuentan con intercambiabilidad, los NFT derivan su valor de los activos excepcionales que representan, lo que hace que cada pieza sea verdaderamente única. Además, las monedas digitales del banco central (CBDC) también están fuera del ámbito de la jurisdicción de MiCA.
Si bien se reconocen los avances realizados por MiCA para reforzar la protección del consumidor y mitigar los riesgos potenciales para la estabilidad financiera, es imperativo reconocer los territorios inexplorados que no se han abordado. A medida que el panorama de los activos digitales continúa expandiéndose, los reguladores deben navegar por las aguas inexploradas para garantizar una gobernanza integral y efectiva.
Desbloqueando el potencial de MiCA: un cambio de juego para el mercado criptográfico
En el ámbito dinámico de la criptomoneda, los marcos regulatorios desempeñan un papel fundamental en el establecimiento de confianza, la protección de los consumidores y el fomento de la innovación. Uno de esos desarrollos regulatorios que tiene una importancia inmensa es la Regulación de Mercados de Criptoactivos (MiCA). Al profundizar en la esencia de MiCA, podemos entender por qué se erige como un faro de cambio en el panorama criptográfico.
Según el experto en regulación digital de BBVA, MiCA representa un paso crucial hacia la certeza regulatoria y la protección fortalecida del consumidor dentro del mercado criptográfico. Se esfuerza por crear una base sólida asegurando la estabilidad de las monedas estables, promoviendo la transparencia del mercado y evitando el riesgo excesivo. Además, MiCA refuerza la salvaguarda de los activos bajo custodia, infundiendo así confianza en los inversores.
Más allá de su papel en la estabilidad del mercado, MiCA aborda otra preocupación apremiante: el impacto ambiental. La minería de criptomonedas, un proceso integral que valida las transacciones y expande la cadena de bloques, a menudo se basa en equipos intensivos en energía alimentados por fuentes no renovables como el carbón. Este consumo de energía y la producción asociada de residuos electrónicos han sido objeto de escrutinio. En respuesta, MiCA incorpora medidas para mitigar la huella ambiental de las criptomonedas, alineando la industria con prácticas sostenibles.
La importancia de MiCA se extiende más allá de su alcance, ya que es una parte integral de un marco regulatorio más amplio. Complementando sus esfuerzos, la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA) establece estándares para las medidas de seguridad en organizaciones financieras y entidades de terceros que brindan servicios relacionados. Esto asegura un ecosistema fortificado donde la integridad de las operaciones financieras sigue siendo primordial. Además, el régimen piloto de DLT se esfuerza por implementar infraestructuras de mercado piloto que aprovechen la tecnología de contabilidad distribuida para la emisión, el comercio y la liquidación de tokens de seguridad. Al ampliar la definición de “instrumento financiero” para incluir activos basados en DLT, MiCA y el régimen piloto de DLT trabajan mano a mano para fomentar la innovación y ampliar el alcance de los instrumentos financieros.
Reconociendo la necesidad de transparencia financiera dentro del espacio de criptoactivos, el Reglamento de Transferencia de Fondos (TFR) asume un papel fundamental. Establece un marco para las transferencias de activos criptográficos, facilitando transacciones seguras y permitiendo un monitoreo integral. Al mantener la transparencia financiera, el TFR fortalece la integridad de los intercambios de criptoactivos y genera confianza entre los participantes.